¿Cómo podemos activar nuestro sistema inmunitario colectivo para hacer frente a los retos de este momento?

El pasado 6 de marzo, Thomas Hübl reunió a más de 6.000 personas de todo el mundo, en un evento en directo, para explorar cómo podemos activar nuestro sistema inmunitario colectivo para hacer frente a los retos de este momento.
Como aspecto clave de esta exploración, mencionó la necesidad de encontrar prácticas personales, relacionales y colectivas que nos permitan seguir siendo testigos despiertos, capaces de responder como ciudadanos globales, a una crisis que nos pertenece a todos, y capaces de aprender lo necesario para crecer como comunidad global resiliente.

“Somos testigos contemporáneos. Porque sentimos, podemos responder.” 

PRÁCTICA PERSONAL: ¿CÓMO ME SIENTO?

Al principio de la charla, Thomas nos invitó a sentir cómo nos afectan las situaciones generales en lo físico, emocional, y mental. En lugar de minimizar, juzgar o negar nuestra experiencia, podemos encontrar formas de estar presentes en ella, para poder procesar la información no digerida que se encuentra más allá de la superficie, y cosechar el aprendizaje. Para ello, necesitamos prácticas y espacios relacionales que nos ayuden.

Para los que tenemos raíces en Alemania o Austria, muchos de nuestros abuelos libraron una guerra terrible en Rusia que causaron grandes traumas, por lo que estamos intrínsecamente conectados a la situación actual. En el inconsciente colectivo, hay un campo de trauma a gran escala que nos conecta a todos. 

Cuando veo a muchas personas sufriendo pienso”¿qué puedo hacer?” Mucha gente cree que la forma en que sentimos es un obstáculo en el camino para actuar, pero esto no es cierto. Permanecer en relación con nuestra experiencia,  nos proporciona la resonancia exacta que se necesita en este momento. Es la frontera de nuestro aprendizaje. Es nuestro camino para convertirnos en fuerzas sanadoras activas en la crisis global.

“Cuando podemos crear un espacio personal para ser testigos despiertos, desarrollamos la capacidad de ponernos en el lugar de todos los que están conectados con la situación.” 


Las experiencias abrumadoras que hemos vivido en nuestra vida o que sufrieron nuestros antepasados, están vivas en nosotros como fragmentación, como separación.
Para mantener nuestro sentido de integridad, los seres humanos hemos desarrollado la capacidad de bloquear aquellas partes de la realidad, que son demasiado para ser sentidas, pero con la práctica podemos tomar perspectiva y entrar en un espacio mutuo de colaboración y contribución.
Puedo reflexionar, digerir e integrar mi experiencia para sentir más, para poder responder con mayor sensibilidad a mi entorno.

PRÁCTICA RELACIONAL: ESCUCHAR Y COMPARTIR

Tener relaciones de apoyo con las que podamos hablar de estas cosas, nos ayuda a procesar lo que emerge en nosotros. El poder de la escucha compasiva es muy importante en este momento, ayuda a las personas a las que escuchamos a regular sus sistemas nerviosos. de modo que podamos pasar realmente a la resolución de problemas.

“La relaciones humanas son uno de los mejores remedios en situaciones fuertemente abrumadoras o traumáticas. Escuchar y compartir son muy poderosos.” 

PRÁCTICA COLECTIVA: FORTALECER NUESTRO SISTEMA INMUNOLÓGICO GLOBAL

No es de conocimiento generalizado, lo profundo que el trauma colectivo subyace a nuestra sociedad y la enorme necesidad que tenemos de procesos restaurativos colectivos. Lo que está ocurriendo ahora mismo en Ucrania es como una alerta roja. Una guerra como ésta es algo que se construyó a lo largo de muchos años. Tenemos que poner en marcha medidas para tratar el trauma colectivo que ha conducido hasta aquí.

Cuando observamos la sociedad podemos discernir dos tipos de procesos diferentes:

  • Emergentes, relacionales, creativos, innovadores y cálidos. Procesos en los que nos sentimos conectados, relacionados los unos con los otros.
  • No emergentes, repetitivos, no relacionados, distantes y fríos, que son predecibles y que suceden cíclicamente. Guerras recurrentes, conflictos, patrones colectivos.

Necesitamos crear entornos colectivos de sanación para integrar nuestras experiencias no digeridas del pasado.

¿Qué significa integrar las experiencias?

Significa aprender – un aprendizaje ético. Enormes heridas éticas relacionales, como el holocausto, aún no han sido restauradas.  Tenemos que integrar la transgresión original y cosechar esta perla como aprendizaje postraumático. 

La sanación del trauma colectivo comienza con las experiencias que emergen en nosotros, cuando vemos y sentimos la situación actual. Cuando el trauma colectivo en nosotros se activa, necesitamos espacios colectivos para integrarlo, sino vamos a reprimirlo, en forma de adormecimiento e indiferencia. Si aprendemos a integrar tanto las capas de trauma latentes, como las activas en nosotros, dejamos de alimentar el campo de trauma colectivo.

“El trauma crea ausencia, adormecimiento, indiferencia.
Necesitamos aprender unos de otros, para crear integración, para crear culturas resilientes que puedan participar en la colaboración colectiva que se necesita en este momento.” 

DE LA ESCASEZ A LA GENEROSIDAD

El trauma se basa en la escasez, siempre hay carencia de algo. Por eso en la crisis necesitamos generosidad. Si la solución es difícil de ver, al menos podemos ver el siguiente paso, y luego ver el siguiente, y así creamos un camino. Así que necesitamos responsabilidad y generosidad.

Entonces, ¿cuál es el siguiente paso en la crisis actual para ti? ¿Qué puedes hacer o aportar como siguiente paso?

Todos podemos dar algo, juntos somos una orquesta. Al dar, estamos creando coherencia colectiva.
La hospitalidad, la generosidad y la participación se convierten en remedios en tiempos de crisis.

Extracto de una entrevista realizada por Giselle Charbonnier a Thomas Hübl

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